lunes, 15 de abril de 2013

Proyecto Barcos


Al comienzo del año de trabajo nos propusimos diseñar un dispositivo didáctico que nos permitiera relacionar las áreas de Prácticas del Lenguaje y Ciencias Sociales.

Un proyecto que lleve a los niños a hacer sucesivas aproximaciones y reelaboraciones acerca del vínculo que existe entre la palabra oral y escrita (literatura, textos informativos, leyendas, etc.) y la vida de las sociedades. Y, a su vez, en ese recorrido ejercer prácticas del lenguaje y avanzar en los contenidos del área de las ciencias sociales.

Es así que encontramos en la palabra barco (y en los barcos) un punto de encuentro excepcional. Cargado de significado para la etapa histórica que corresponde a la creación de los Estados nacionales y el mercado global, y la prolífera producción literaria contemporánea de esta etapa.

Conrad, Poe, Dickens, Stevenson, Doyle, Salgari, Verne, Twain y muchos otros escriben sus historias en un momento excepcional de la historia: es la expansión de la burguesía por el planeta. La carrera por conquistar el mercado mundial (creado por la gran industria sobre la preparación que brindó el descubrimiento de América) lleva a las naciones más poderosas a lanzar a sus flotas a recorrer los mares, conquistar tierras, establecer colonias, comerciar y producir con una intensidad que no se compara con ningún otro momento de la historia de la humanidad.

En cada obra literaria de estos autores pueden encontrarse marcas características del auge de la modernidad: ciudades industriales, nativos dominados bajo el yugo de las armas de fuego, la política y la religión foráneas, grandes empresas, excepcionales emprendedores, científicos, navegantes, guerras. Encontramos también un subproducto de situaciones que son parte infalible en las historias con barcos: naufragios, islas con tesoros, barcos hundidos, piratas, conspiraciones, mapas misteriosos, polizontes, supervivientes, islas exóticas, descubrimientos, escasez de recursos, historias de amor entre personajes de distintas clases sociales, etcétera.

En ese contexto es donde los barcos juegan un papel vital. Las “construcciones ahuecadas que pueden flotar y transportar personas” existen desde hace miles de años. Vikingos, egipcios, chinos, coreanos, griegos, romanos y americanos utilizaron barcos con propósitos comerciales y bélicos durante la Antigüedad y la Edad Media. Pero es en la modernidad, con la llegada de la gran industria, la ciencia y el renacimiento cuando los barcos cobran una importancia trascendental. Se construyen naves de dimensiones y tecnologías nunca antes pensadas y se realizan viajes que surcan el planeta entero. En los barcos viaja la nueva era y sus objetivos son: descubrir, conocer, conquistar, producir, comerciar.

Los barcos llevan en sus tripulaciones una síntesis de las sociedades modernas: los marineros que trabajan para que el viaje sea posible, el religioso para “exportar” a Dios a los nativos, el naturalista para inventariar las “nuevas” especies exóticas y agregarlas cuanto antes a la enciclopedia, un jurista para imponer hasta en la última isla la libertad de trabajo y la propiedad privada, un ejército para aplacar rebeldes y dirimir con rivales directos, un empresario emprendedor y una bodega llena de mercancía.

Muchas obras literarias creadas en esos días se han transformado en verdaderos clásicos conocidos y valorados socialmente.

El Proyecto Barcos nos permitirá acceder a ellas a la vez que vayamos estudiando la sociedad que les dio vida. Una unidad de sentido, un método de trabajo, un espacio para aprender y disfrutar.


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