martes, 10 de enero de 2012

En "El Profundo sur" de Andrés Rivera, confieso que he leído.

“Roberto Bertini apuntó a un tipo bajo y rubio, joven tal vez, que corría pegado a la larga pared de una esquina. Había elegido su blanco, sin apuro, desde la caja del camión descubierto que se detuvo en esa calle de Buenos Aires, poblada de negocios judíos. Poblada, les dijeron, de judíos, de judíos y bolcheviques. De bolcheviques judíos, les dijo, con una sonrisa filosa, el hombre que gritaba tiren tire, como si le fuera algo más que la vida si ellos tiraban.
-¿Conocen, acaso, un bolchevique que no sea judío? –les preguntó el hombre de la tenue sonrisa filosa.
-¿Acaso no son la  misma cosa? –preguntó el hombre de la tenue sonrisa filosa. Y empalideció.
-¿Acaso no son los ellos los que ocuparon la ciudad? ...”

Ingeniería Revolucionaria

         Cuando hagamos la revolución concentramos la mayoría de los recursos educativos en una nueva carrera que llamaremos Ingeniería Revo...